a Ileana
vi a dos perros jugar
vi tres flores y una tortuga
soñé con una playa
y una mujer
infinitamente triste
soñé con un niño
que cantaba bajo un ciprés
en una tarde de lluvia
creí que todo estaba perdido
que los días carecían de significado
y de pronto me topé con tus ojos
me sentí triste y sola
hasta que tus dulces manos
alcanzaron mi rostro
y el cielo cambió de color
tu alma cambió de color
mi alma cambió de color
y ahora
¿qué hacer con todo esto?
la luna brilla para nosotros:
salgamos a jugar al bosque
¡salgamos!
y que la brisa nos ilumine
con su canto mientras
nos deslizamos en un tobogán
vi a dos perros jugar
vi tres flores y una tortuga
soñé con una playa
y una mujer
infinitamente triste
soñé con un niño
que cantaba bajo un ciprés
en una tarde de lluvia
creí que todo estaba perdido
que los días carecían de significado
y de pronto me topé con tus ojos
me sentí triste y sola
hasta que tus dulces manos
alcanzaron mi rostro
y el cielo cambió de color
tu alma cambió de color
mi alma cambió de color
y ahora
¿qué hacer con todo esto?
la luna brilla para nosotros:
salgamos a jugar al bosque
¡salgamos!
y que la brisa nos ilumine
con su canto mientras
nos deslizamos en un tobogán
3 comentarios:
Este poema no es más que una serie de mensajes de texto que nos enviamos con Ileana copiados y pegados uno detrás del otro sin mucho arreglo.
El sistema estará en todos lados, pero la poesía puede ser escrita en todas las paredes de la existencia.
Un beso, Piín.
Te quiero.
ODA AL FASO
Oh! Faso infinito
que ahuyentas ánimas tenebrosas
del pesado patíbulo,
que carcome el distante vuelo:
lánguida desidia del innombrable.
Oh! Hierba sagrada
que entibias con tus volutas
la áspera sangre
del cantar de la fanfarria olvidada.
Oh! Cilindro molido
de pálida piel delgada, estrujada,
sinuosa sombra nocturna.
En tus manos caigo como en
temprana muerte,
casi sin sentirlo,
buscando la locura.
¡Que me entierren en la tierra
sin memoria!
Mañana nazco ya
en la forma de árbol nuevo
A la aurora.
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