Mateando con Mencio

. domingo, 15 de agosto de 2010
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Ji Mèngkē (姓孟軻), llamado en occidente Mencio (370 a. C. - 289 a. C.), fue un filósofo chino, el más eminente seguidor del confucianismo. En su obra, conocida como Mengzi, defiende que el hombre es bueno por naturaleza y debe poder desarrollar una conducta razonable y recta. Según este pensador, en el corazón de todo ser humano hay cuatro sentimientos naturales o tendencias que le orientan hacia el buen camino: 1) el sentimiento de compasión; 2) el sentimiento de vergüenza; 3) el sentimiento de respeto y modestia; y 4) el sentimiento de discernimiento (lo que está bien y lo que está mal).
(fuente: wikipedia)










Tirar de los brotes para ayudarles a crecer

A un hombre del Reino de Song le pareció que los vástagos en sus campos no crecían bastante aprisa. En vista de ello, dio a todos y a cada uno, un estirón; y se fue a casa casi exhausto.
-Hoy estoy muy cansado – dijo a su familia –. He estado ayudando a los brotes a crecer.
Su hijo salió corriendo al campo y encontró todas sus plantas muertas.
Casi todos querrían ayudar a los vástagos en su crecimiento; pero algunos consideran todo esfuerzo inútil y no lo intentan, ni siquiera desbrozando el campo; otros tratan de ayudarles dándoles un estirón. Esto último, por supuesto, es peor que inútil.

La diferencia entre cincuenta bus y cien
He hecho cuanto he podido por el Estado –dijo el príncipe Jui de Liang a Mencio–. Cuando se pierde la cosecha en el Oeste del río, traslado la gente al Este o traigo grano del Este para socorrerlos. Si la cosecha es pobre en el Este, hago lo mismo. Observo a los gobernantes de otros reinos y ninguno hace tanto como yo por su gente; sin embargo, su población no ha decrecido, y la mía no ha aumentado. ¿Puede decirme Ud. por qué?
–Ya que a su Majestad le gusta combatir –contestó Mencio–, permítame tomar de ahí un ejemplo. Una vez que suenan los tambores, las tropas entran en combate. Aquellos que son derrotados abandonan sus corazas y huyen arrastrando sus armas. Suponga que un hombre corre cien bus y otro cincuenta, ¿tiene derecho el que ha corrido cincuenta a reírse del que ha corrido cien?
–Claro que no –replicó el príncipe–. No se habrá alejado cien bus, pero volvió las espaldas lo mismo.
–Si su majestad comprende esto –respondió Mencio– no debiera esperar a que la población de su Reino sea más numerosa que la de ningún otro país vecino.

Mateando o tomando cafeces con Idea Vilariño

. jueves, 3 de junio de 2010
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Idea. Qué coraje cargar ese nombre. Ser montevideana, haber nacido un número 18 de agosto y ser por ende fuego y leona. Amante, mujer de "tormentosa" relación amorosa con Onetti. Escribió canciones nada más y nada menos que para Los Olimareños y para Alfredo Zitarrosa y se inmortalizó en sus letras hace sólo dos abriles.

La idea de escribir sobre Idea, me cayó cayendo de blog en blog y queriendo reencontrarme con la poesía, con el amor, con el fuego, con lo que todos los locos poetas tienen. Me quedé con mucho más, con la sensación de que sigue habiendo un hilo de unión muy grande, que hay miles de puntos entre poetas y lectores.


DÓNDE

Dónde el sueño cumplido
y dónde el loco amor
que todos
o que algunos
siempre
tras la serena máscara
pedimos de rodillas


BUSCAMOS

Buscamos
cada noche
con esfuerzo
entre tierras pesadas y asfixiantes
ese liviano pájaro de luz
que arde y se nos escapa
en un gemido.


EL AMOR

Un pájaro me canta
y yo le canto
me gorgojea al oído
y le gorgojeo
me hiere y yo le sangro
me destroza
lo quiebro
me deshace
lo rompo
me ayuda lo
levanto
lleno todo de paz
todo de guerra
todo de odio de amor
y desatado
gime su voz y gimo
ríe y río
y me mira y lo miro
me dice y yo le digo
y me ama y lo amo
- no se trata de amor
damos la vida-
y me pide y le pido
y me vence y lo venzo
y me acaba y lo acabo.


DESPUÉS

Es otra
acaso es otra
la que va recobrando
su pelo su vestido su manera
la que ahora retoma
su vertical
su peso
y después de sesiones lujuriosas y tiernas
se sale por la puerta entera y pura
y no busca saber
no necesita
y no quiere saber
nada de nadie.


COMPARACIÓN

Como en la playa virgen
dobla el viento
el leve junco verde
que dibuja
un delicado círculo en la arena
así en mí
tu recuerdo.


EL FUEGO

Sin él
aquí
sin él.
Su fuego susurrando.


CARTA II

Estás lejos y al sur
allí no son las cuatro.

Recostado en tu silla
apoyado en la mesa del café
de tu cuarto
tirado en una cama
la tuya o la de alguien
que quisiera borrar
-estoy pensando en ti no en quienes buscan
a tu lado lo mismo que yo quiero-.
Estoy pensando en ti ya hace una hora
tal vez media
no sé.

Cuando la luz se acabe
sabré que son las nueve
estiraré la colcha
me pondré el traje negro
y me pasaré el peine.

Iré a cenar
es claro.

Pero en algún momento
me volveré a este cuarto
me tiraré en la cama
y entonces tu recuerdo
qué digo
mi deseo de verte
que me mires
tu presencia de hombre que me falta en la vida
se pondrán
como ahora te pones en la tarde
que ya es la noche
a ser
la sola única cosa
que me importa en el mundo.

ESO

Mi cansancio
mi angustia
mi alegría
mi pavor
mi humildad
mis noches todas
mi nostalgia del año
mil novecientos treinta
mi sentido común
mi rebeldía.

Mi desdén
mi crueldad y mi congoja
mi abandono
mi llanto
mi agonía
mi herencia irrenunciable y dolorosa
mi sufrimiento
en fin
mi pobre vida.

LA NOCHE

Es un oro imposible de comprender, un acabado
silencio que renace y se incorpora.
Las manos de la noche buscan el aire, el aire
se olvida sobre el mar,
el mar cerrado,
el mar,
solo en la noche, envuelto
en su gran soledad,
el hondo mar agonizando en vano...
El mar oliendo a algas moribundas y al sol,
la arena a musgo, a cielo, el cielo
a estrellas. La alta noche sin voces
deviniendo en sí misma, inagotada y plena,
es la mujer total con los ojos serenos
y el hombre silencioso olvidado en la playa,
el alto, el poderoso, el triste,
el que contempla,
conoce su poder que crea, ordena el mundo,
se vuelve a su conciencia que da fe de las cosas,
y el haz de los sentidos le limita la noche.

Concédeme esos cielos, esos mundos dormidos,
el peso del silencio, ese arco, ese abandono,
enciéndeme las manos,
ahóndame la vida
con la dádiva dulce que te pido.
Dame la luz sombría, apasionada y firme
de esos cielos lejanos, la armonía
de esos mundos sellados,
dame el límite mudo, el detenido
contorno de esas lunas de sombra,
su contenido canto.
Tú, el negado, da todo,
tú, el poderoso, pide,
tú, el silencioso, dame la dádiva dulcísima
de esa miel inmediata y sin sentido.

Estás solo, lo mismo.
Yo no toco tu vida, tu soledad, tu frente,
yo no soy en tu noche más que un lago, una copa,
más que un profundo lago,
en que puedes beber aun cerrados los ojos,
olvidado.
soy para ti como otra oscuridad, otra noche,
anticipo de la muerte,
lo que llega en el día frío el hombre espera, aguarda,
y llega y él se entrega a la noche, a una boca,
y el olvido total lo ciega y lo anonada.
Sin límites la noche,
pura, despierta, sola,
solícita al amor, ángel de todo gesto...
Estás solo, lo mismo.
Ebrio, lúcido, azul, olvidado del alma,
concédete a la hora.

Mateando con Faulkner

. martes, 15 de diciembre de 2009
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William Faulkner (1897-1962) es uno de los personajes más influyentes de la literatura y en el ámbito hispano es bien visible en autores tan distintos como Juan Benet, Onetti, Vargas Llosa o Muñoz Molina. El fragmento es de Las palmeras salvajes y la traducción de Borges.






Wilbourne le cuenta a Mc Cord por qué se muda, porqué cambia lo que posee por una promesa en otro sitio.

-Sí. Eso es… Decencia, eso era lo que me decidió. Hace poco descubrí que la haraganería engendra nuestras virtudes, nuestras más tolerables cualidades; contemplación, ecuanimidad, pereza, dejar en paz al prójimo; buena digestión mental y física; la sabiduría de limitarse a placeres carnales: comer y defecar y fornicar y sentarse al sol, porque no hay nada mejor, comparable, ninguna cosa mejor en este mundo sino vivir por el corto tiempo en que se nos presta aliento, estar vivo y saberlo (ah, sí, ella me enseñó eso, me marcó también para siempre) nada, nada. Pero hace poco he visto claro, sacando la conclusión lógica, que una de las virtudes primordiales (ahorro, aplicación, independencia) engendra otros vicios (fanatismo, entremetimiento, suficiencia, miedo y lo peor de todo, decencia). Nosotros, por ejemplo. Porque el hecho de ser solventes por primera vez, de saber con seguridad de dónde vendría la comida de mañana (el maldito dinero, demasiado, de nohce nos quedábamos despiertos planeando cómo gastarlo; para la primavera ya andaríamos con prospectos de compañías de vapores en los bolsillos) me había esclavizado y entregado a la decencia como cualquiera.

Mateando y sonriendo con Henri Michaux

. domingo, 13 de diciembre de 2009
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Acá está. Éste es, Henri Michaux. Poeta y pintor belga, nacionalizado en Francia. (1899-1984). Leído muy leído por nuestra Alejandra.
Como ella, y como muchos de esos poetas de inmensa libertad en el pecho, Michaux también habla de pájaros muertos, de búsqueda incesante, de vacío y de serenidad inútil. Yo elegí pasarlo para el otro lado (porque él mismo me dejó, mostrando que en otra orilla también dejaba palabras en la arena).
Y porque a este mundo quejón, roto y caótico, le hacen falta cada vez más las macroenergías de la naturaleza y de la alegría. Ahí van las de Michaux y su diálogo con los nacimientos...



LOS 22 PLIEGUES DE LA VIDA HUMANA

El hijo, el hijo del jefe, el hijo del enfermo, el hijo del labriego, el hijo del necio, el hijo del Mago, nacen con veintidós pliegues. La cuestión es desplegarlos. La vida del hombre entonces se completa. Bajo esa forma muere. No le resta pliegue alguno por desplegar.
Raramente muere el hombre conservando algunos pliegues sin desplegar. Ha ocurrido sin embargo. Paralelamente a esta operación el hombre forma su carozo. Las razas inferiores, como la raza blanca, ven más el carozo que el despliegue. El Mago ve más bien el despliegue.
Sólo el despliegue es importante. Lo demás no es sino epifenómeno.



EMPUÑAR EL PAISAJE
Los Magos sostienen que, en la mayoría de las gentes que observan un paisaje, se forma una cápsula. Esa cápsula no es tan pequeña como se cree y constituye el médium entre el paisaje y el contemplador. Si el contemplador pudiese arrancar esa cápsula y llevársela consigo volveríase inconmensurablemente dichoso, conquistaría el paraíso en la tierra.
Pero para ello es preciso una delicadeza extrema, una fuerza prodigiosa y saber lo que se hace. Es como arrancar de un golpe un árbol con todas sus raíces. Los espíritus malignos que utilizan por doquier medios nemotécnicos, representaciones gráficas, comparaciones, análisis y brutalidades sobre la materia observada, no solamente ignoran a qué me estoy refiriendo, sino que no pueden darse cuenta de la sencillez maravillosa y casi infantil de esa operación que os conduce con simplicidad al umbral del éxtasis.


MI PORVENIR

Acabaré de una vez por alcanzar un país de sonrisas.
Una brisa formada de caricias ya me lleva hacia él.
Se me invita, está ahí, me aguardan, se sabe que llego.
Porvenir, puesto que debes, puesto que vas a invadirme,
lleguemos a tiempo, escucha, más de prisa, acércate, atráeme,
porvenir, puesto que debes, puesto que vienes...

EXTRAER EL "PSHI" DE UNA MUJER
El Mago Ani pretende poder extraer el pshi... de la mujer que ansía (el pshi no es el doble) y atraerlo hacia sí. Es posible abstenerse del pshi durante algún tiempo; la mujer no repara desde luego en esa privación. El Mago entonces acaricia el pshi y poco a poco y aunque no sintiendo más que cosas vagas, la mujer se aproxima al lugar donde se encuentra su pshi. Y cuando más adelanta, mejor se siente, hasta que coincide, sin saberlo, con él. En tal circunstancia, el amor del hombre ha penetrado ya en ella.

LOS MILES DE DIOSES

Lo increíble, lo deseado desesperadamente, desde la infancia, lo aparentemente excluido que pensé que nunca volvería a ver, lo inaudito, lo inaccesible, lo demasiado bello, lo sublime prohibido para mí, ha llegado. HE VISTO A LOS MILES DE DIOSES. He recibido el regalo portentoso. Se me han aparecido a mí, que no tengo fe (sin conocer la fe que tal vez pueda tener). Estaban ahí, presentes, más presentes que cualquier cosa que yo haya mirado jamás. Y era imposible y yo lo sabía, y sin embargo. Sin embargo, estaban ahí, colocados por centenares, unos junto a otros (pero les seguían mil más, apenas perceptibles y muchos más de mil, una infinidad). Esas personas tranquilas, nobles, suspendidas en el aire por una levitación que parecía natural, estaban ahí, ligerísimamente móviles, o más bien animándose sobre la marcha. Ellas, esas personas divinas y yo, solos en presencia. En algo así como el reconocimiento, yo les pertenecía. Pero, bueno -me objetarán- que se creía usted? Respondo: ¿Qué iba a creer SI ESTABAN AHÍ? ¿Por qué me iba a poner a discutir si me encontraba satisfecho? No estaban a una gran altura, pero era suficiente para, dejándose ver, guardar las distancias, para ser respetados por el testigo de su gloria que reconoce su superioridad incomparable. Eran naturales, como es natural el sol en el cielo. Yo no me movía. No tenía que inclinarme. Estaban colocados suficientemente por encima de mí. Era real y era como cosa convenida entre nosotros, en virtud de una alianza previa. Yo estaba colmado por ellos. Había dejado de estar mal colmado. Todo era perfecto. Ya no había ni que reflexionar, ni que sopesar, ni que criticar Ya no había nada que comparar. Mi horizontal era ahora una vertical. Yo existía en altura. No había vivido en vano. La diferencia con todos los acontecimientos anteriores era mi total y feliz consentimiento. No prestaba atención a otra cosa. Me entregaba con la misma intensidad con la que veía. En ese don estaba mi alegría...

Mateando con Georges Bataille

. sábado, 5 de diciembre de 2009
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Bueno, hoy no pongo foto porque no. A lo mejor después se agregue porque sí algo, pero no lo aseguro ni lo aseguro.
El asunto es que Bataille me mata. No escribió solamente El erotismo, ni La parte maldita, ni alguna que otra cuestión bastante porno para lectores que tienen pocas ganas de Borges o, ¡peor!, Macedonio Fernández (¿a nadie le molesta que siempre haya que decir el nombre de algunos escritores? ¿no deberían haberse buscado un seudónimo más amigable hacia sus lectores?). El tipo este escribió poemas también. Y me mata. Lo único que conseguí es un pdf (que puedo enviar a quien esté interesado, me deje su dirección, y jure que es solamente para "conocerlo" y no infrinja las leyes de su país (ja-ja-ja). Se llama "Lo arcangélico y otros poemas", y creo que tiene su versión en carne y hueso (papel, tinta y cartón, más reales que la carne y los huesos). Soporten la búsqueda intelectualoide por un segundo y déjense llevar y traer por otro francés más.

La tumba

(...)

la inmensidad
y yo
nos descubrimos uno a otro nuestras mentiras

la verdad muere
y grito
que la verdad miente

mi cabeza azucarada
que agota la fiebre
es el suicido de la verdad

el no-amor es la verdad
y todo miente en la ausencia de amor
nada existe que no mienta

Hasta acá llego. Mi experiencia: la última estrofa me voló la cabeza. Propongo leerla al revés, y tratar de armar una especie de razonamiento. Es un tipo increíble que pareciera haberse muerto mucho después que cuando se murió. Es decir, no llegó ni a vivir el Mayo Francés.

Algunas mini consideraciones acerca de la risa

. domingo, 25 de octubre de 2009
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Llevemos la risa al estrado. ¿Qué hizo? Existir. Ahora, a ver qué ocurre.
Tiene un problema que no es menor: goza de una valoración casi por completo afirmativa en casos particulares -siempre que no toque determinados topics-, y de una valoración bastante negativa -cuando se refiere a otros.
Explicación: un chiste de una persona cualquiera que va ante alguna divinidad y se muestra a sí mismo como incompetente hace reir a mucha gente; un chiste sobre asuntos como violación, delitos de lesa humanidad, racismo, etc., ya es para paladares (sic) de personalidades más peculiares (¿morbosos? Ahí caerían condenados a la periferia ante el grupode la gente digna).
No sé a cuántas personas además de a mí les llamará la atención esto, en caso de compartir mi apreciación.
¿Qué les pasa por la cabeza? Si todavía creen que hay sectores de la vida a los que la risa no tiene permitido llegar, ¿por qué sería esto así? ¿La risa no puede salir al mundo cuando se le antoja? ¿A quién le tendría que pedir permiso, y dónde está el indicador de que no puede avanzar, so pena de castigo?
Un triunfo para la sacralidad que defienden, aunque no exista, sería el encontrar nuevos y mejores enemigos (ya que se empeñan tantísimo en que hay enemigos), optimizando así energías para destinarlas a combatirlos, lejos del derroche que representa la postura anti-risa. Al menos, creo, contribuiría de cosmético para camuflarle algunas arrugas históricas que acumula.
Ya que Nietzsche es fácil de citar, cantemos Dios ha muerto (Cioran se ríe de la D, dice que esa mayúscula es lo único que los teólogos pudieron conservarle al pobre dios cristiano), y, con él, el Diablo (de quien Bataille se ríe, diciendo que es algo así como una versión de Dionisio venida a menos). La risa, de esta manera, pierde su aura demoníaca y desmerecedora de aquello que es su objeto (puesto que ya nada reviste el carácter de "intocable por la risa").
Vestimos de fiesta a la risa, esa contracción de diafragma y expansión del goce, y ganamos en posibilidades de entretenimiento, volviendo todo más llevadero. ¿No?
Mi propuesta consiste en lo siguiente: si alguien llora, si alguien ríe, si alguien pierde materialmente a un familiar, risa.
Eso no es frivolizar, asociar la risa a lo frívolo (que, siguiendo la línea de análisis, también es un invento, dado que se definía como defecto de solemnidad frente a las solemnidades que antes vivían y ahora no son más que alucinaciones de zombies en el siglo XXI) es cerrarse ante las posibilidades que entraña la risa como fin (muchos médicos y otros especialistas se han tomado el tiempo en intentar demostrar científicamente su relación con la buena salud, más o menos exitosamente), así como las posibilidades que presenta como medio (a partir de una risa puede surgir todo tipo de reflexión, por ejemplo).
Tranquilo, me río de este texto.

Mateando con Michel Onfray

. jueves, 8 de octubre de 2009
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Esa es la cara de loco del loco Onfray. Empezaba, en Francia (algunos dicen que en otros lugares no) el año 1959, y en ese primer día, nace. El señor se doctora en filosofía en una universidad como todas las universidades, pero, en algún momento, se encula. Enojado porque enseñan historia oficial del pensamiento y no el pensamiento como acción -emancipadora o abocada al placer, da lo mismo-, se escapa. Funda junto a otros profesores una universidad abierta, sin programas y en la que no se entregan títulos. Chupate esa mandarina. Para él, ciencia, psicoanálisis y sociología hacen a un estudio respetable de la filosofía. Ateo, hedonista, ¿anarco?y más leña para su hoguera. Yo me encontré en la biblioteca de mi universidad de recontra casualidad un librito de él: "La filosofía feroz" (título tomado de una de la "Iluminaciones", de San Rimbaud), subtítulo "ejercicios anarquistas", que recopila ensayos cortos suyos aparecidos en la revista "Corsica", de su paisito. Acá un par, ejemplares ejemplares del sarcasmo puesto en práctica.
PD: leyó a La Boétie

El grado cero de la inteligencia
Antiguamente las civilizaciones hacían las gueras en nombre de sus ideales, de sus principios. Tenían para ellas la matemática de sus pirámide, la filosofia de su ágora, el derecho de su foro, las bibliotecas de sus monasterios. Desde que Estados unidos ocupa el primer puesto de las naciones, ¿qué propone? ¿Dónde están sus arquitectos, sus sabios, sus políticos o sus monjes? ¿A qué se dedican sus elites? ¿Qué brindan al resto del mundo? ¿Quid de los genios, de los héroes y de los santos bajo la bandera estrellada?
Estados Unidos ofrece hamburguesas y obesidad, cacahuates y televisión en continuado, ketchup y telefilmes. Se destacan en el sueprmercado, el cine y los paquetes de comida hipercalórica accesibles desde el asiento de su ato. Han inventado Disneylandia como otros La Divina Comedia. Han destronado a los dioses y semi-dioses del Olimpo o del cielo cristiano para invitar al imbécil planetario a prosternarse ante los ídolos y los íconos de la gran y la pequeña pantalla, unos más descerebrados e incultos que otros...
¿En nombre de qué quiere Estados Unidos sembrar de bombas, fuego y vioencia al pueblo iraquí, que incluso ignora en qué lugar del planisferio se encuentran sus nuevos enemigos? Y antaño los japoneses volados por dos bombas atómicas, los vietnamitas calcinados por el napalm, los iraquíes destruídos por las bombas de rarefacción de oxígeno, los campesinos serbios pulverizados por las armas high-tech, los afganos despedazados por el fuego de los bombardeos furtivos... Siempre pagan las poblaciones, siempre los dictadores sobreviven, quedan a salvo y luego mueren en sus camas. ¿Por qué exterminar a un pueblo y cuidar a los autócratas que los desangran de su existencia cotidiana?
Como si existiera una complicidad tácita entre lo jefes de Estado: pretendidos demócratas y verdaderos tiranos, todos juegan a la guerra, sacrifican a sus pueblos, arrasan sus países, pasan a las naciones por pérdidas y beneficios, las culturas, los hombres, las mujeres y los niños, pelean por diversión, sobreviviendo en medio de los osarios, triunfando sobre un montón de cadáveres, antes de partir en busca de nuevas aventuras.
Nunca tanto como hoy las guerras dejan a salvo a los militares -empero formados, formateados, pagados para ir al combate- y sacrifican a las poblaciones civiles. Mil, diez mil, cien mil muertos en las calles, las ciudades, las escuelas, los hospitales, con tal de que quede a salvo el emperado de Japón, colaborador notorio de los nazis, el sanguinario Ho Chi Minh, digno émulo del Terror del '93, el diabólico Milosevic, verdugo de su pueblo, Saddam Hussein, el exterminador de los kurdos, el mullah Omar, rencoroso del progreso pero hábil motociclista cuando se trata de escapar del ejército estadounidense... cuando la guerra causa estragos, los déspotas esperan en sus refugios antiatómicos mientras los pueblos sobre los que hacen reinar el terror sufren una segunda punición: luego de la de sus amos, la de los presuntos enemigos de sus amos...
La guerra revela el grado cero de la inteligencia y de la política. Surge cuando el hobre ha fallado y la bestia tma nuevamente la posta. En el arsenal cultural, cima de la civilización, se encuentra la diplomacia fabricada durante siglos de refinamiento retórico y de mecánica intelectual. Cuando el derecho falta, cuando el verbo permanece impotente, antes de la destrucción masiva de los pueblos, quedan los auxiliares de toda gran política: servicios secretos afilados, soldados de elite, comandos al sericio de políticos dignos de ese nombre. Pero para hacer eso hacen falta grandes períodos. En las épocas en las que el rey del mundo parece salido de Disneylandia, sucede de otra manera...

La vida después de la guillotina (incompleto, trata de alguien a quien le perdonan una condena a muerte, y sigue obsesionado con el dinero tras salir de la cárcel)
(...) el problema real es la enfermedad de este hombre: la obsesión histérica por el dinero y su determinación a hacer cualquier cosa para obtenerlo, incluso cuando ya tiene suficiente. Pasión compartida por una gran mayoría cuyos arreglos con el mundo no molestan a nadie en tanto eviten el crimen de sangre -habrán tirado el resto de su moral a la basura-. Ahora bien, este hombre no se ha curado; por tra parte ¿cómo podría haberlo hecho? Nunca ha sido atendido. Como los violadores, los pedófilos, los violentos y otros enfermos sociales encerrados y luego soltados sin cuidados. ¿Quién aceptaría que un hospital devolviera a un enfermo de cáncer luego de haberlo privado de su libertad para castigarlo, dejándolo en la calle sin haber hecho nada para curarlo? ¿Quién? Viniendo de la prisión, todos lo aceptan...

Pobres cabrones (incompleto, pero no le cuento a nadie de qué trata)
(...) incremento de policía en la calle supuestamente para luchar contra el terrorismo -apostemos a que los potenciales kamikazes recularán ante los agentes en bicicletas todoterreno (...)

Adelanto de mateando con Henri Michaux

. martes, 6 de octubre de 2009
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Tristemente, siento que estoy aplastado por el puto estudio y no me da el cerebro para leer un poco más de este tipo y ampliar esta cosa. Pronto se viene un mayor descargo. Es impresionante lo genial de este tipo hasta ahora, y le he leído diez páginas nada más...

Las máscaras del vacío


A menudo, en la retracción de mí mismo,
se me aparecen las máscaras del vacío.
Las máscaras que adquiere el vacío no son plenas. No le resulta necesario.
Unos rasgos ínfimos procuran enmascararlo; y lo logran. Seguramente allí está, casi podríamos olvidarlo…
Habitualmente esas máscaras vienen de dos a dos
y se imprimen, sutiles aunque duras, en el disco terminado del universo.
Podríamos creer que son gestos, álgebra de gestos detenidos en un
cataclismo pompeyano. Pero no hay huella alguna de cataclismo.
Al contrario, una extraña movilidad,
y por todas partes dentro del mismo Espectro del poder,
la espantosa succión del vacío.
También están los desiertos matinales, tapados de animales muertos…

Mateando con Hugo Mujica

. miércoles, 9 de septiembre de 2009
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Hugo Mujica se me cruzó en una clase cuando lo mencionó la Gaby. Parecía un tipo "profundo", y tal vez excesivamente afectado o esas cosas que suelen llamarle la atención a algunos profesores de filosofía sin despertar en los demás seres humanos ni la menor de las atracciones. Me daba esa impresión, qué le vamos a hacer. Esas cosas no suelen despertar atracción, no suelen ser atractivas en definitiva. En este caso pasaba lo contrario.
Según se dice en su sitio oficial, es un loco bárbaro que estudió mucho y de repente se calló mucho y ahora tira poemas por ahí. Yo elegí algunos, en el link hay muchos más. Interesantísimo el señor.
(Mención especial para la sección "ensayo", del mismo sitio. Si los ensayos de "La literatura, el erotismo y la felicidad", de Bataille, parecían poesía, el ensayo de Mujica prácticamente deja prosáicos los de don Georges. El tipo este en su ensayo dice "poesía: lo nombrado ofrendado". Saque usté su conclusión.)

SED ADENTRO
La boca abierta bajo la lluvia
----------------------y el agua buceando el alma.

Sed adentro
hasta donde el mar se seca noche,
---------------------------------hasta donde la sed amanece playa.

HASTA EL FINAL
Vi un perro negro muerto
en la calle,
aplastado en medio de la acera, manchado,
porque nevaba.

Vi la vida, allí mismo,
y no había más que eso: la coartada
del inocente: pagarlo todo.

Sentí en la nieve la vida y me vi morir
como un animal que se resiste
hasta lo último

hasta el deseo de ser rematado,

hasta el gemido final,
el que pide perdón por todo crimen ajeno:
---------------------------------el que perdona a dios.

UN PEDAZO DE HAMBRE, UN VASO DE AGUA
Fiel a lo humano,

al tamaño de lo que los brazos
mecen,
a la fiesta
de lo que en las manos cabe,

a la callada esperanza
que es no apretar los labios.

Fiel a un vaso de agua
y al pedazo de hambre
-----------que otro cuerpo nos trae,

fiel sorbo a sorbo, hambre a hambre.

Fiel al pudor de apenas una seña,
apenas el abismo
del otro cuando el silencio
calla la piel que nos separa.

Fiel al límite de morir hombre,
de haber abrazado el vacío
-----------que ese mismo abrazo llenaba.

BAJO LOS TECHOS
Bajo los techos
se oyen respirar los sueños
-----------en el callar de la noche;

en la calle

un niño,
sin sombra ni rumbo,

recorre el vacío de dios, paso a paso
----------------------desanda su esperanza.

INFANCIA
Llueve
y al árbol le pesan sus hojas,
-----------a los rosales sus rosas.

Llueve
y el jardín huele a infancia,

a cercanía de todos los milagros,
----------------------a ausencia de todas las memorias.

ORILLAS
Afuera ladra un perro

a una sombra, a su eco
o a la luna
para hacer menos cruel la distancia.

Siempre es para huir que cerramos
una puerta,
es desierto la desnudez que no es promesa

la lejanía
de estar cerca sin tocarse
-----------como bordes de la misma herida.

Adentro no cabe adentro,

no son mis ojos
los que pueden mirarme a los ojos,
son siempre los labios de otro
----------------------los que me anuncian mi nombre.

Te presento a la Cler De Lellis

. martes, 1 de septiembre de 2009
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Retornando más o menos a la idea original atrás de este blog, o a una de las más importantes por las que lo armamos, traigo a una compañera de facultad: la Cler.
Santo personaje comunista que cuando escribe no se pone roja como esa bandera, sino que parece flamearla con tanta fuerza como para que el rojo se le vaya por las puntas y haga la revolución. Pero éste no es el caso, acá escribe genial, sacándose un ratito el overol, descubriendo el corazón o algo menos ensangrentado. Siempre la molesto porque es comunista y yo no, pero le queda bien. La Cler sin avisarle a nadie tiene una edad parecida a todo el mundo y quiere un abuelito, y lo pide por todos lados, es muy tierna. Muy tierna.
Las malas lenguas comentan que se destaca en el arte de perseguir bolsas que vuelan en el viento frente al lugar donde estacionan colectivos, pero son malas, así que a lo mejor no hay que creerles. Acá abajito uno de sus poemas.



El muro de pájaros
estrujó en su pobreza el sol de la siesta
Y así
un corazón
de un universo
se hizo un rincón vacío de las palabras.

Mordió mis mejillas tu mirada cíclope,
lo prohibido de envejecer
se golpeó en los reflejos y
dolió volar sobre el río de arrugas
del poeta
alas de aeropuerto.

Para que la mancha del jardín
no fuese un trozo de tela emborrachada
Me dejé acariciarte en sábanas de barníz
Y te invité con cortesía
a jugar payana en los balcones del exilio.

Llamé a la lluvia con mis pies descalzos,
Refresqué mi piel de cenizas
Para al fin encontrarte en otro lado que la búsqueda,
Y asomarme en el abismo del bostezo
Que frente al horizonte marea hasta las náuseas color vino.

Iniciativa

. sábado, 15 de agosto de 2009
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Propongo lisa y llanamente el linchamiento de Ricardo Arjona. Dada su insistencia en ser imbécil, por un lado, mercader inescrupuloso, por otro, y, sobre todo, en elevar el nivel de estupidez que alguien que escribe debe superar para ser peor que él, y considerando que hay personas que se empeñan en ser peor que otras, pido que interrumpamos el flujo de la vida en su cuerpo.
Razones: todo lo que le conozco por haberlo oído inevitablemente al ser escuchado en radios de seres que no entienden que es posible disminuir el volumen de su dispositivo y, de esta manera, ahorrarle un padecimiento innecesario al prójimo.
Detonante: baste la primera estrofa de su delito "Sin tí... sin mí", expuesta a continuación. Los derechos son de él. Yo no lo escribí. Juro que no lo escribí. No vayan por nada del universo a pensar que yo lo escribí. ¡En serio!

"¿Qué hace el sexo en Internet?
¿El pudor en la vedette?
¿Qué hace un Porsche en Tel Aviv?
¿Un pigmeo en un iglú?
¿Una duda en un vudú?
¿Qué hace Frida sin sufrir?Si así como quien no quiere la cosa
más fácil dispara rosas un misil,
que tú un quizás.
quien me manda a ser adicto de tus besos
si la luna no es de queso, ni tu boca souvenir.
¿Qué hace un casto en un motel?
¿Qué hace un genio en un cuartel?
¿Y qué estás haciendo tú sin mí?"

Si usted considera que la iniciativa está harto justificada, por favor no evite dejar su firma a modo de apoyo.

Click ACÁ para un sitio de interés general.

Repitiendo a Jorge Teillier

. lunes, 29 de junio de 2009
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¿Motivo para repetirlo? Porque este poema se me pasó por alto en alguna lectura temprana de un librito de Teillier que no tocaba desde hace como tres o cuatro años. Va directo al top five de poemas que me alteran la vida junto con alguno de Gelman, alguno de Vallejo y alguno de Pessoa, directo. Dato aparte: según este libro, escribió ese poema a los 17 años... ¡es increíble!

Estación sumergida

Yo no estoy soñando, lo recuerdo, olvidé cómo se soñaba;
quizás esto sea un mar, bien puede ser la tierra,
encima el cielo deshaciendo su cabellera.
Esto no es un mar sin olas, es una lámina descolorida,
un día muerto por dagas invernales, un día fusilado por lluvias.
De pronto lo rompen manotazos de campanas, tictaqueos de sombras,
y se cierra como una cuchillada de trenes oxidados
devorando las cerezas maduras del sol.

Propicio tiempo para levantar cruces de barro
en el pecho de mapuches asesinados, para los caballos crepusculares
que se extravían en las acequias.
Ya lo sé, debo escaparme de los ahogados que flotan en los pozos,
voy a beber grandes tragos de poemas silvestres
veo desde el umbral al atardecer mordiendo plazas,
aferrándose gelatinosamente a los tejados rotos,
hasta caer junto a muchachas desfloradas en graneros solitarios
a las antiguas bodegas de la noche.

Pálidamente las horas se reúnen a jugar a las cartas
en torno a la mesa de los días,
desconozco el tren que me dejó entre ellas,
viéndolas alimentarse de cantos estrangulados,
persiguiendo a mis amigos, arrastrándolos en el río del tedio.
Yo no sueño, todo cuanto veo es cierto, ellos pasan
del brazo de mujeres desdentadas, riendo largamente.
Una ola invade mi habitación, recuerdo a mi vecina
cantando hasta que el cielo le llenaba las manos de azul,
yo no besé esas manos, yo tenía al viento cordillerano
arañándome, y la muerte oculta tras viejas y profundas fotografías.
Aferrado a un puente de madera,
inclinado sobre las venas turbias de la noche
pasan botellas vacías, libros oxidados de relecturas,
el barrio de las prostitutas pobres
donde cierro los labios por no decir mi nombre.
No es nada esto, sólo que a veces siento temor de saber quién soy verdaderamente.

Me gustaría despertar con los labios húmedos
como después de los largos besos de las sabias primas,
como si estuviese tomando café servido por mis hermanas.
Pero si abro los ojos también estaré sumergido,
pues la lluvia hace girar su pausado gramófono,
mientras hay un nevar de alas deshechas por los días,
velorios humedecidos de vino, y esta mano helada en mi garganta,
helada como parroquias y confesionarios que no se desprende,
si la pudiese deshacer un brillar de días felices.

Ahora lo sé, he estado siempre despierto,
mirando silenciosamente la estación sumergida
donde los huesos de las nubes hilachean los árboles.

Alguien me debe esperar -quizás algunos muertos-
pues voy hacia las chimeneas rústicas, los aserraderos vacíos,
las grandes, prestigiosas casas de madera sureña venidas abajo
como flores destrozadas por los duros dientes del olvido,
y busco el sol en los huertos cuyos párpados lo esconden.

Todo me espera en la estación sumergida, nuevamente,
en la empapada de malezas, la crecida de sueños angustiados y torvos,
mientras el tiempo detenido cierra sus pesados portones
y confusamente respira en el mar del invierno.

Repitiendo a Raúl González Tuñón

. domingo, 14 de junio de 2009
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Como ya se hizo antes un mateando con él, ahora agrego un poema solamente, de puro antojado.

Blues de los baldíos

Sólo allí los chiquillos recogíamos la influencia telúrica.
A la orilla
pasaba la ciudad como un circo.
Canto el fervor oculto de los baldíos, su clima univesal, su geográfica síntesis, el hilo de agua, los montículos, el musgo y los gatos flacos y los papeles inútiles y los ruidos y los ruidos.
A la orilla
pasaba mi padre con anteojos y "La Prensa"
La marca Vitagraph, el organito, el Parque Lezama y Julio Verne eran sus límites.
Oh refugio de las banderas rojas de los mítines.
Baldíos hondos o altos, que es lo mismo. Certeza de supra-realidades. Desde donde se veían las ropas ahorcadas y puestas a secar y los viajeros pájaros. Tan cosmopolitas.
Baldíos orinados por perros sin dueño, socavados por los curas de al lado y el asesino de 1908.
En el riñón de las inmensas ciudades.
Baldíos. Tan de tierra.
Qué éxito tuieron en su tiempo las martirizadoras de niños y el hombre del Kalisay. Ay.
Por qué todo tiene éxio en su tiempo
La Junta de Historia y Numismática no sabe nada de baldíos.
Sin embargo, Robinson y Torphipe, Buffallo Bill y el Torito del Abasto...
Ah, yo podría dar noticias de todos ellos a los miembros de la Junta de Historia y Numismática.
No existe la Junta de Historia y Numismática.
A la orilla
pasaba Perla White en una camilla.
Volaban las tapas de las ollas. Daba la hora el sol en el muro. Y no había ningún apuro. Y morirse no era seguro.
Después se descubre el altillo, la chimenea, la claraboya, el consultorio.
A la orilla
pasaba un entierro de tercera.
Y después se descubre el odio.
Baldíos. Y tan poblados.
En el riñón de las inmensas ciudades, el viento, el agua, el campo, golpeaban abajo, en la sueperficie de rampas y cavidades.
La vida quería brotar, reventar, traer el aliento del mundo a los niños que recen a la sombra fría de los altos muros.
Encajonados en los inquilinatos.
Viviendo una muerte, y no la vida.
Lejos del viento, el agua, el horizonte.
Qué amables baldíos.
Qué amigos, qué amados baldíos.
Ellos nos acercaban a la tierra, a lo bosques, a los valles, a los ríos.
Y todos teníamos a Dios en los ojos. Y todos teníamos los tobillos heridos. Y en todos nosotros despertaba el poeta, el hortera, el orero, el leader y el bandido.
Baldíos generosos. Ellos no saben.
A la orilla
pasaba mi destino patético. Importante.

Te presento a Juliech

. miércoles, 10 de junio de 2009
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No sé. O así "juliech" o "yuli-ch". O se pronuncia como usté quiera, amigo lector, tíos, parientes y deudos que son los únicos que se asoman por estos lares.
Te la presento para que deje automáticamente futuro y pase a ser presente, letra escrita en esta Feria de Rarezas, dato sobre tu retina pentrando como tinta en el cerebro.
Y te la presento porque me aburro de tanto viejo muerto o lejano viviente o porque nunca vengo y a veces me dan ganas de venir y decir que en mi todos los días también hay letrosos enfermos de palabría aguda.
Ella es de esas personas. Ya sabés. Ésas que deciden cosas diferentes, y desde un pantalón de extraño efecto óptico hasta una carta escrita desde el éxtasis más psicopático, nos cambian el día. Alivian el peso de la homogeneidad cotidiana, porque van por ahí destrozando cosas. (La anécdota de la bici me la reservo para cuando haya más ojos escuchando. Y planeo que eso sea prontito, prontito, muajaja).
Bueh, no más de mi pluma sosa. Devorénle las manos a Julietta
(¡son las 02:02!)



1
que el final de la línea
sea como entrar en un mantra
de empujones del diablo:


que bestialmente enamorado nos haga caer
del otro lado.

Haiku

la luz fumiga
---el precipicio mas ignoto---
cae con la sombra

Viento/s

1

Generador de caos
-- tajo contra tajo
remonta vuelo

2

Reverbera en manotazos
-- haciendo tajos
des-monta vuelo



2. Yo construyo paréntesis
o reconstrucciones de vos
Mientras advierto la flecha
que pasa, cómo pasa.

Yo construyo salidas
o refugios de vos

Mientras miro tu exilio
cómo se abre, cómo va.

Asumo lo inquieto
del signo que uso equívoco

Porque tu exilio es a mi orilla
el oficio de recién llegar.



3. una flor de agua
viento hexagonal

se me cae como a la culebra


--- dosis de ventarrón
y pétalo enfurecido

no deja que resbale

-

la frente hecha
gota de malva
va y detiene

---diente de cobra
me hace
---diente de cobra.




4. Anárquicamente
reparto tu cuerpo
en las 8 baldosas
del crimen que cometí

rearmo
sin mí
lo que fue de la contienda

detrás del filo
y de la sombra plateada
chorrea
el pedazo de sangre
que nacía en tus pupilas.



5. Quid
La raíz,
el órgano
menos
imaginario.


-------------La palabra filosa,
-------------la única
-------------vértebra
-------------necesaria.



6. milito en la frontera de tus huesos
por hacer camino en las comisuras


naufrago en la curvatura
de estar bailando



afuera
hay
luces

adentro
vis lumbr es


Sur-real

Dejó que remontara el trapecio
un poco más,
para bajar por fruta
y sin darse cuenta que
si movía el pánico a fondo
ya no iba a pulverizar más
por la parte dorsal.

Pasado por agua
un cuarto de hora más,
se enharinaba el pie
para acercarse por la ventana confusa
venteada de obreros con cal,
la puta que la miseria no se perdía
por los cajones (como el sueño).

La crueldad se seguía irguiendo
a contorsiones descontroladas
de super autitos chocadores.

Mientras pasaran los mares
la soledad se abanicaba
por cuatro choris sin tomate
y mucha lechuga.

Ventana adentro
el vidón de agua
le amadraba el homoplato izquierdo
de tibia leche.

Fugaces las estrellas
reían agalopadas,
abajo y bien alto.





(y mi poema preferido, es decir el de María)



Las hamacas son algo así como la vida misma.
Mucho se asustan los señores de traje de los artistas.

Estar en una hamaca lejos de ser pura diversión
garantiza temor, aventura, aire, tiempo.
Mucho que se asombren los olvidados de la niñez.

Dos cuerdas iguales de balanceo y equlibrio,
de viento en la cara y choques feroces.

Hamacar se, hacer la aventura
de ir apuntando finito a una estrella.
(No se juzguen a los ideales limpios de todo embuste.)

Todavía quedan el éxtasis de la velocidad, los agudos y los graves
del aire. El juego.

El juego.

Te presento a Facu Casas (1988- aún bajo el sol)

.
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Así como lo ves, en estos cuentos, en sus re-relatos sin nombre y con mucha maña de escritor. El colgado del grupo, el que se enamora de la sensibilidad y de las cosas raras, con la venganza terrible de Dolina al oído y el que se enoja si sus textos se parecen a uno de sus escritores predilectus (en nombre de quien no debo acordarme).

Facu, te debo una mejor subida de telón, me come el sueño y la paciencia de animal, como dice el tío Gelman. Mis más colmados aplausos por tus tex-tiñes acá. En nombre de la tint-ura, la escritura y la lucha, el agrado de presentarte:

Descripción ahistórica

Sucedió recién.
El colectivo se detuvo. Se detuvo como lo haría un poco de miel arrojada hacia la tapa de un frasco, la entonces tapa cede al impulso, vago, de una fuerza meditada, calculada, y ahí, del otro lado, dos, entre la multitud de la parada. Uno: marrón, la mirada tranquila, las orejas derrumbadas sobre los pómulos, quieto, una esfinge; Dos, a su lado, restañando el ojo apenas herido del otro, con la mirada en un horizonte que escapa debajo del colectivo y se detiene algo más allá, sobre la vereda, del otro lado de la calle.
Algo asombroso había en esos perros, uniendo pelo y lengua en una especie amor lento. Tenían algo de madre e hijo, de bufanda al cuello como un abrazo frío. De repente un escalofrío y la idea de una persona restañando la herida de otra con un beso, con una caricia (¿Cortázar… continuidad?). Esos actos siempre se acompañan con algo de amor propio, un reflejo de uno mismo en ese beso que se presta casi como un regalo, un pasaje de ida y vuelta, como la lengua áspera del perro blanco, en la misma posición, que sigue en su lamer casi adormecido a dos pasos míos, pero a una distancia terrible.
Son perros y se visten de humanos de vez en cuando, cuando la inspiración del hambre les hace confundirse en un comerse lento que empieza con la lamida y luego sigue con una mordida pequeña y el ladrido apenas audible, luego la vuelta, ahora es el otro el que muerde, y así se turnan hasta que no queda nada de ellos, y su público, sus espectadores de la parada se lo perdieron, se lo perdieron aunque todo fue gritos y silencio. Los perros siempre tienen algo que decir, algo que está más allá de la mirada perdida bajo las ruedas del colectivo que ya se aleja, se aleja. Adiós, adiós perros.

Re-unión

Llegué. Me habían llamado. Sólo entre nosotros eran entendidos los códigos. Sólo nuestros. Lo poco que nos quedaba. Y aún así, aún siendo poco, era nuestra única arma.
Estábamos sentados. Dada la urgencia del hecho, dada la rapidez del hecho, dado el silencio con que debía hacerse todo, estábamos confundidos los unos con los otros. Los rangos, las clases, prácticamente toda distinción se había perdido… ahora éramos sólo esclavos. Al menos eso es lo que ellos creían.
Todo, muy diferente a otras épocas. Todo, en silencio. Sobre todo el silencio. Éramos sombras moviéndose entre las sombras, viento que se amasija lento, eso, un viento encolerizado, contenido en las formas rituales, en nuestras formas rituales. Éramos explosión, sangre, dolor. Los chamanes, los dadores de palabra, hablaban como serpientes, eran serpientes entre nosotros que escuchábamos el sabio consejo. Así como del Pop Wuj sólo quedó el consejo, el Envoltorio, su palabra.
Larga fue la reunión. Dolorosa. Los ojos de todos sangraban, lloraban tristeza. Luego bailamos en la oscuridad, escondidos a los ojos de ellos. Fue un baile doloroso, los pies nos quemaban, pero no debíamos gritar, porque eso avisaría. Era la danza del silencio. Los pies de mis iguales subían y bajaban, nadaban, eran delfines en la oscuridad, eran viento y roce, eran dolor. El cielo negro mostraba las sombras, aún mucho más negras que él y se veían los torsos, las espaldas, los pelos expandiéndose como arañas contra el cielo. Los brazos eran alaridos que se ramificaban en las manos, los ojos brillaban, de vez en cuando les daba la luna.
Nos avisaron que no había nadie cerca y entonces comenzaron los tambores… lentamente… los timbales… los bongó… los jembé… una luz, luego otra, pequeñas antorchas se encendieron y fueron acercándose una a una en la oscuridad para llegar hasta la pira de madera donde caían, alimentando cada vez más el gran fuego alrededor del que ahora bailábamos.
El ritmo era cada vez más frenético. Bailábamos, las sombras desaparecían en una sombra y luego emergían brillantes, transpiradas, los torsos vueltos hacia todos lados, las piernas y los brazos igual. Y todo era cada vez más y más rápido, parecía ser que todos entrábamos en trance, era nuestra madre dolida que nos besaba los pies y con la sangre hirviendo nos hacía alejarnos, no por fuerza sino por algo que estaba mucho más adentro, mucho más metido, ahí en los ríos profundos de la tierra, algo que hacía que diéramos vueltas, que sufriéramos, que la sintiéramos congelándose debajo nuestro, pudriéndose de tantas muertes, de tanto desastre.
Nos mintieron.
Sí había gente alrededor. Uno a uno fueron cayendo. Uno a uno caímos. Todos, todos tratados por igual, reducidos a esclavos.
Pude escapar. Y ahora dejo esto para que sea leído y nuestra identidad no desaparezca junto con muchos de nosotros.

Variaciones sobre las rosas

. martes, 9 de junio de 2009
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Inauguro nueva sección del blog, sin muchas expectativas de que derrita relojes. Dos tipos mirando algo aparentemente parecido.
Hoy, el heideggeriano Roberto Juarroz se enfrenta a una traducción fea de William Carlos Williams, quien quiso pasar por arriba a Whitman, y terminó engendrando parte de los degenerados Beatnik. Conclusiones aparte.

33 (Juarroz)
Una rosa en el florero,
otra rosa en el cuadro
y otra más todavía en mi pensamiento.

¿Cómo hacer un ramo
con esas tres rosas?
¿O cómo hacer una sola rosa
con las tres?

Una rosa en la vida.
Otra rosa en la muerte.
Y otra más todavía.

La rosa (Williams)
La rosa es obsoleta
pero cada pétalo acaba en
un filo y la doble haz
junta las estriadas
columnas del aire -El filo
corta sin cortar
se reúne- con nada -se renueva
en metal o porcelana-

¿a dónde? Termina-

Pero si termina
el comienzo ha empezado
así que juntar rosas llega a ser
una geometría-

Más aguda, más neta, más cortante
figurada en mayólica-
el plato roto
que abrillanta una rosa

En alguna parte el sentido
hace roas de cobre
de acero-

La rosa llevó el peso del amor
pero el amor llegó a un fin -de rosas
Es al filo del pétalo
donde el amor aguarda

Crespa, labrada para derrotar
la laboriosidad -y frágil
cortada, húmeda, erguida a medias
fría, precisa, toca

Qué

El lugar entre el borde
del pétalo y la

Del borde del pétalo nace una línea
que hecha de acero
infinitamente fino, infinitamente
rígido penetra
la Vía Láctea
sin contacto -elevándose
de él- y no pende
ni avanza

La fragilidad de la flor
no ajada
penetra el espacio.