Algunas mini consideraciones acerca de la risa

. domingo, 25 de octubre de 2009
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Llevemos la risa al estrado. ¿Qué hizo? Existir. Ahora, a ver qué ocurre.
Tiene un problema que no es menor: goza de una valoración casi por completo afirmativa en casos particulares -siempre que no toque determinados topics-, y de una valoración bastante negativa -cuando se refiere a otros.
Explicación: un chiste de una persona cualquiera que va ante alguna divinidad y se muestra a sí mismo como incompetente hace reir a mucha gente; un chiste sobre asuntos como violación, delitos de lesa humanidad, racismo, etc., ya es para paladares (sic) de personalidades más peculiares (¿morbosos? Ahí caerían condenados a la periferia ante el grupode la gente digna).
No sé a cuántas personas además de a mí les llamará la atención esto, en caso de compartir mi apreciación.
¿Qué les pasa por la cabeza? Si todavía creen que hay sectores de la vida a los que la risa no tiene permitido llegar, ¿por qué sería esto así? ¿La risa no puede salir al mundo cuando se le antoja? ¿A quién le tendría que pedir permiso, y dónde está el indicador de que no puede avanzar, so pena de castigo?
Un triunfo para la sacralidad que defienden, aunque no exista, sería el encontrar nuevos y mejores enemigos (ya que se empeñan tantísimo en que hay enemigos), optimizando así energías para destinarlas a combatirlos, lejos del derroche que representa la postura anti-risa. Al menos, creo, contribuiría de cosmético para camuflarle algunas arrugas históricas que acumula.
Ya que Nietzsche es fácil de citar, cantemos Dios ha muerto (Cioran se ríe de la D, dice que esa mayúscula es lo único que los teólogos pudieron conservarle al pobre dios cristiano), y, con él, el Diablo (de quien Bataille se ríe, diciendo que es algo así como una versión de Dionisio venida a menos). La risa, de esta manera, pierde su aura demoníaca y desmerecedora de aquello que es su objeto (puesto que ya nada reviste el carácter de "intocable por la risa").
Vestimos de fiesta a la risa, esa contracción de diafragma y expansión del goce, y ganamos en posibilidades de entretenimiento, volviendo todo más llevadero. ¿No?
Mi propuesta consiste en lo siguiente: si alguien llora, si alguien ríe, si alguien pierde materialmente a un familiar, risa.
Eso no es frivolizar, asociar la risa a lo frívolo (que, siguiendo la línea de análisis, también es un invento, dado que se definía como defecto de solemnidad frente a las solemnidades que antes vivían y ahora no son más que alucinaciones de zombies en el siglo XXI) es cerrarse ante las posibilidades que entraña la risa como fin (muchos médicos y otros especialistas se han tomado el tiempo en intentar demostrar científicamente su relación con la buena salud, más o menos exitosamente), así como las posibilidades que presenta como medio (a partir de una risa puede surgir todo tipo de reflexión, por ejemplo).
Tranquilo, me río de este texto.

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