Mateando con Roque Dalton

. viernes, 3 de abril de 2009
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Alguien podría preguntarse, ¿Roque Dalton? Y, en particular, le respondería que fue el comunista más gracioso de todos. Por lo pronto, en lo formal, nació en el 1935 de El Salvador, que, sabemos, no son iguales los años en los distintos países, y se murió, perdón, lo mataron equivocadamente miembros comunistas de su propio partido comunista, en 1975. En la realidad, o sea en mí, nació más o menos en 2007 y todavía no se muere, tal vez porque yo no soy comunista. Porque lo adoro, me permito hacer un post largo, similar al de Raúl González Tuñón.




No te pongas bravo, poeta

La vida paga sus cuentas con tu sangre
y tú sigues creyendo que eres un ruiseñor.

Cógele el cuello de una vez, desnúdala,
túmbala y haz en ella tu pelea de fuego,
rellénale la tripa majestuosa, préñala,
ponla a parir cien años por el corazón. Pero con lindo modo, hermano,
con un gesto
propicio para la melancolía.

El gran despecho
País mío no existes
sólo eres una mala silueta mía
una palabra que le creí al enemigo

antes creía que solamente eras muy chico
que no alcanzabas a tener de una vez
Norte y Sur
pero ahora sé que no existes
y que además parece que nadie te necesita
no se oye hablar a ninguna madre de tí

Ello me alegra
porque prueba que me inventé un país
aunque me deba entonces a los manicomios

Soy pues un diocesillo a tu costa

(Quiero decir: por expatriado yo
tú eres ex patria)

El descanso del guerrero
Los muertos están cada día más indóciles.
Antes era fácil con ellos:
les dábamos un cuello duro una flor
loábamos sus nombres en una larga lista:
que los recintos de la patria
que las sombras notables
que el mármol monstruoso.

El cadáver firmaba en pos de la memoria
iba de nuevo a filas
y marchaba al compás de nuestra vieja música.

Pero qué va
los muertos son otros desde entonces.

Hoy se ponen irónicos
preguntan.

Me parece que caen en la cuenta
de ser cada vez más la mayoría!

Revisionismo
No siempre.

Porque,
por ejemplo,
en Macao,
el opio
es el opio del pueblo.

Decires
«El marxismo-leninismo es una piedra
para romperle la cabeza al imperialismo
y a la burguesía.»

«No. El marxismo-leninismo es la goma elástica
con que se arroja esa piedra.»

«No, no. El marxismo-leninismo es la idea
que mueve el brazo
que a su vez acciona la goma elástica
de la honda que arroja esa piedra.»

«El marxismo-leninismo es la espada
para cortar las manos del imperialismo.»

«Qué va! El marxismo-leninismo es la teoría
de hacerle la manicure al imperialismo
mientras se busca la oportunidad de amarrarle las manos.»

¿Qué voy a hacer si me he pasado la vida
leyendo el marxismo-leninismo
y al crecer olvidé
que tengo los bolsillos llenos de piedras
y una honda en el bolsillo de atrás
y que muy bien me podría conseguir una espada
y que no soportaría estar cinco minutos
en un Salón de Belleza?

La cabeza contra el muro
(Conclusión filosófico-moral.) La materia es dura,
la materia es indestructible:
por lo tanto
la materia es incomprensiva,
la materia
es cruel.

Sobre dolores de cabeza
Es bello ser comunista,
aunque cause muchos dolores de cabeza.

Y es que el dolor de cabeza de los comunistas
se supone histórico, es decir
que no cede ante las tabletas analgésicas
sino sólo ante la realización del Paraíso en la tierra.
Así es la cosa.

Bajo el capitalismo nos duele la cabeza
y nos arrancan la cabeza.
En la lucha por la Revolución la cabeza es una bomba de retardo.
En la construcción socialista planificamos el dolor de cabeza
lo cual no lo hace escasear, sino todo lo contrario.

El comunismo será, entre otras cosas,
Una aspirina del tamaño del sol.

Búscandome líos
La noche de mi primera reunión de célula llovía
mi manera de chorrear fue muy aplaudida por cuatro
o cinco personajes del dominio de Goya
todo el mundo ahí parecía levemente aburrido
tal vez de la persecución y hasta de la tortura diariamente soñada.

Fundadores de confederaciones y de huelgas mostraban
cierta ronquera y me dijeron que debía
escoger un seudónimo
que me iba a tocar pagar cinco pesos al mes
que quedábamos en que todos los miércoles
y que cómo iban mis estudios
y que por hoy íbamos a leer un folleto de Lenin
y que no era necesario decir a cada momento camarada.

Cuando salimos no llovía más
mi madre me riñó por llegar tarde a casa.

O.E.A.

El Presidente de mi país
se llama hoy por hoy Coronel Fidel Sánchez Hernández.
Pero el General Somoza, Presidente de Nicaragua,
también es Presidente de mi país.
Y el General Stroessner, Presidente del Paraguay,
es también un poquito Presidente de mi país, aunque menos
que el Presidente de Honduras o sea
el General López Arellano, y más que el Presidente de Haití,
Monsieur Duvalier.
Y el Presidente de los Estados Unidos es más Presidente de mi país,
que el Presidente de mi país,
ese que, como dije, hoy por hoy,
se llama Coronel Fidel Sánchez Hernández.

Poema
Las leyes son para que las cumplan
los pobres.
Las leyes son hechas por los ricos
para poner un poco de orden a la explotación.
Los pobres son los únicos cumplidores de leyes
de la historia.
Cuando los pobres hagan las leyes
ya no habrá ricos.

Sobre un suicidio
Una bandera de pétalos de terciopelo
más horripilante que la humildad;
las alas del tecolote familiar
que atravesó ríos nadando, montañas caminando,
témpanos de hielo a saltitos;
el lastre de la virginidad:
tales eran las riquezas de la muchacha.

Y una manera muy peculiar de comprender las sugerencias:
le dijeron que se atara el cinturón, que no fumara
y se lanzó hacia la calle, doce pisos abajo.

El vanidoso
Yo sería un gran muerto.
Mis vicios entonces lucirían como joyas antiguas
con esos deliciosos colores del veneno.
Habría flores de todos los aromas en mi tumba
e imitarían los adolescentes mis gestos de júbilo,
mis ocultas palabras de congoja. Tal vez alguien diría que fui leal y fui bueno.
Pero solamente tú recordarías
mi manera de mirar a los ojos. Una de las caras del amor es la muerte,
en el humo de esta época eternamente juvenil.
¿Qué me queda ante ti sino la perplejidad de los reyes,
los gestos del aprendizaje ante la crecida del río,
las huellas de la caída de bruces entre la ceniza?
La propia juventud decrece
y trota la melancolía como una mula.

2 comentarios:

J. dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
J. dijo...

Entré para subir otro mateando. Pero qué puede hacerse cuando uno se descubre entre tanto Dalton que no había sentido nombrar más que desde Cortázar... ¿Quién va a querer por ejemplo tapar la portada de un ser humano que dice que la lucha a la que apoya será la aspirina del tamaño del Sol; que cuando los pobre hagan las leyes no habrá ricos? ¿Quién -lejos de todo determinismo- puede no encantarse de tal cosa, de tanta garra?