Mateando con Paco Urondo

. domingo, 10 de agosto de 2008
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Francisco Urondo nació en Santa Fe en 1930. Poeta, periodista, académico y militante político, Paco Urondo dio su vida luchando por el ideal de una sociedad más justa. Posee una amplia obra poética, además de cuentos, teatro, novela y guiones cinematográficos y televisivos. En 1968 fue nombrado Director General de Cultura de la Provincia de Santa Fe, y en 1973, Director del Departamento de Letras de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Como periodista colaboró en diversos medios del país y del extranjero, entre ellos, Primera Plana, Panorama, Crisis, La Opinión y Noticias.Murió en Buenos Aires en junio 1976, enfrentando a la genocida dictadura militar. "Empuñé un arma porque busco la palabra justa", dijo alguna vez [extracto de www.literatura.org].


Enanos

Hay enanos que viven fieles a su tradición de bufones. Ellos ríen y hacen divertir a los pobres de espíritu. Ambos no pisarán el reino de los cielos.

Otros, en cambio, se remiten a su origen trágico: aman mujeres bellas que suelen desdeñarlos o que aprovechan de las contradicciones de su pequeñez… Estos se agitan en su desgracia, padecen el escarnio, no conocen la alegría. Sus horas son excesivamente amargas y solamente logran masticar el dolor áspero y sin horizontes.

Muchos de ellos podrían crecer, pero temen eliminar su condición.


Gaviotas

Estas pequeñas aves marinas, se reúnen a veces en las playas, en no muy grandes cantidades, a descansar quizás. Permanecen paradas sobre sus finas y ágiles patas dando cara al mar, mirándolo fijamente como viejos marineros que añoran, desde el sosiego de los malecones quién sabe qué puertos. De pronto, pareciera que algo las inquieta y, como buscando salvación, vuelan desesperadamente hacia su verde magnitud.
Pese a estar siempre en grupos, permanecen ocluidas en su soledad pues, al menos aparentemente, ignoran la presencia de sus compañeras y, es así, como tan sólo cambian algunas pocas palabras entre ellas. Todo hace suponer, que existe una sola verdad y una sola preocupación en su mundo.
Remontan, de tanto en tanto, pequeños vuelos sobre el grupo para luego posarse nuevamente y terminar así con lo que esto tuvo de desconcertante, siempre con la mirada detenida en su sentido magnífico. A veces vuelan en dirección contraria, pero estos vuelos son intrascendentes. De inmediato todas, a pasos cortos y donosos, se acercan hasta la proximidad mayor que las olas les permiten, cerciorándose de que el mar no las ha abandonado aún.
Cuando divisan o presienten –pues aún no se ve- algún barco en el horizonte, se lanzan en un vuelo irreductible.
Indudablemente, la costa es circunstancial para ellas.


La hormiga

La hormiga pasea alrededor de la gorda naranja. La naranja es dorada, jugosa, correntina, y el camino infinito.

Ella podría penetrar el fruto absolutamente, terminar con su marcha, eludir el hastío, lograr el poder, pero teme terminar con su imaginación.


Despedida de soltero

A Malitte Matta

El surrealismo ha muerto. Con los años
fue perdiendo lozanía, convirtiéndose
en un viejecito pequeño e irascible. También
sus mosquetas perdían eficacia, sus grandes
ademanes: el verbo reprimido, la vigilancia
de los sueños y ese aire
espontáneo y una sola luz verdadera.

Sin ellos, grandes bufones, sin nadie
que aguante el genio de la mala fe, sin estos
solterones, individualista, la sala
ha quedado vacía y habrá que saltar
al vacío. Tomar por asalto este tiempo enemigo, dolorido
y escéptico: surrealistas del mundo, habrá que despedirse.

Ah venerables dioses; sabed perdonad ya que tanto
habéis dado. Oh grandes maestros, dejadnos
seguir, preparad indulgencia para
el ingrato, augurios para el caminante.

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