Te presento a mi bibliotecario

. lunes, 28 de julio de 2008
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Luis Luján nació el 27 de agosto de 1953 en Gualeguaychú, es bibliotecario profesional, ha obtenido premios provinciales y nacionales en poesía y narrativa, junto con Honorio Casaretto publicó el libro de cuentos “Entre Ríos al sur”, es autor del poemario “A pesar de todo” y sus textos se pueden encontrar en “Libros en la Red”.






El grito ahogado


A Fabián Magnotta

El grito le salió por los ojos, abiertos como para mirar el mundo. Arriba, las cejas, como un arco iris monocromo, contrajeron la frente del goleador con arrugas parejas, definidas.
En la boca, el grito fue un volcán, un cráter abierto al universo. Un grito de adentro, de un adentro que no se reconoce, que no se sabe adónde está, de dónde sale. Y nunca supo cómo sacó ese grito que estalló en su garganta con la fuerza de una catarata sobre el aire. Para afuera fue un golpe de voz, para adentro, silencio. Serenidad para vivir la gloria. Años de esperar este día. La pelota como un pájaro redondo en vuelo hacia el ángulo lejano; el arquero, adelantado y debajo de la comba que lo sobrepasa, nunca llegará a tocarla. Por eso grita el gol que viene como un río en creciente sobre años de sequía, para inundar el alma. Grita gol con los ojos que miran el cielo y miran el arco como en un rezo. Pero sucede que el arquero sabe de estos goles que aún no cruzaron la raya, que sólo un milagro puede salvar y los milagros, en el fútbol, ocurren. Y ahí va, en formidable salta hacia atrás, la pantera. No puede ser, pero se eleva cuando la pelota casi entra en el arco. Se eleva y arquea su cuerpo de manera imposible, es su deber, pero arriesga la vida, no sabe dónde caerá y no le importa, si será de espaldas o de cabeza, si vivirá o no. Siente que el grito pasa a través de él como del aire, siente la risa y el llano del que cabeceó que grita y llora porque nunca hizo un gol tan lindo, aunque el arquero invalide la gravedad y colgado de una elipsis saque una garra que rasguña la pelota y la levanta sobre el travesaño, justo cuando el goleador grita y fija con la mirada la palabra Gol en el horizonte. Ya es un grito mudo, un grito inverso que vuelve a donde nadie lo conoce. Un sueño roto para llorar sobre el pasto.

5 comentarios:

Zametov dijo...

Interesante blog, y está muy bueno este escrito. Lo relaciono con Captain Tsubasa.

pio dijo...

¡De una! Y el arquero del cuento sería Genzo Wakabayashi (se fue a la mierda la literatura).

franco dijo...

Y después del ensayo, repitieron la coreografía para el público en un gran teatro. Ojalá el texto fuera sobre algo no fulbolero porque me gusta cómo está escrito, pero, qué se le va a hacer!
Me pongo en tu lugar, Pio, y digo NOOOOO! ¡qué hijo de puta, cómo va a atajar eso!
Después, desde mi lugar, digo Bleh, otro no gol.

Matías dijo...

¿y el arquero fallecio?

Anónimo dijo...

antes que nada, adivine que se trataba de un gol, pero no! un gol que no fue?!: fue un gol de Luis.