A Mateo lo conocí en Gualeguaychú, supo visitarme en Concepción del Uruguay y, si no me equivoco, vive en Larroque. No puedo decir mucho acerca de él, ni darles a ustedes más que sus textos desnudos, pero de todas formas estoy casi seguro de que eso va a ser suficiente:
Juegan
a Alf
Te sientes en casa.
Y no extrañas el cloro.
Y las viñas azules;
Eso atrae tu atención,
Te preguntas
Qué tan lejos has llegado.
Tragan helio,
Helio que crece en las praderas;
Los radicales botan a un Perón embalsamado;
Los temblores son frecuentes,
Pero te acostumbras,
Son puros.
Fumas tierra,
Ya no sabes
Que el amarillo no es rojo,
Se han resignado.
Ahí mismo te enteras que también ellos llegaron de la tercera roca.
Que las guitarras musiquen sin ejecutante,
Que la madera se derrita,
Que los cuentos de hadas sean de mentira,
Que los peces coman gaviotas,
Que los leones devoren ballenas en tres días,
…
A mi me da igual
Que no vendan cigarros,
Que no adulteren las BigMacs,
Que no cocinen los patos para comerlos,
Que mahoma viva a la vuelta de la esquina,
Donde hay una montaña justamente,
Que los morochos brillen por la noche,
…
Total,
Quien le va a buscar la quinta pata al gato
Si acá se extinguieron.
Una caja floreada en un ropero.
Un ropero en un bosque tropical talado.
Un bosque tropical talado en una casa de aberturas.
Una casa de aberturas en un cementerio.
Un cementerio en un museo.
Un museo en una ciudad de mimos.
Una ciudad de mimos en una plaza desierta.
Una plaza desierta en un año.
Un año en un milenio.
Un milenio en un minuto.
Un minuto en una montaña milenaria.
Una montaña milenaria en una plaza de mimos.
Una plaza de mimos en una plaza desierta.
Una plaza desierta en un pincel sin estrenar.
Un pincel sin estrenar en una caja floreada.
Una caja floreada en un óleo, con un broche dentro.
Un óleo en el movimiento psicodélico.
El movimiento psicodélico en una infusión bebible.
Una infusión bebible en un pintor esquizofrénico.
Un pintor esquizofrénico en la antesala del país de las maravillas.
La antesala del país de las maravillas en un féretro psicodélico.
Un féretro psicodélico en un buque de carga.
Un buque de carga en una isla desierta.
Una isla desierta en una selva.
Una selva en el universo.
El universo en una lágrima que humedece un grano de arena que es tragado por el poeta.
4 comentarios:
¿Qué siente alguien sin conciencia?
TODO. Pero no le encontraría el sentido a NADA.
Sentir sin saber que, sin poder distinguir, sentir sin rótulos: esto es felicidad, esto horror, esto tristeza, esto amor.
Simplemente sentir.
Estoy preguntándome una y otra vez que tan malo sería eso....
Mateo, seas quien seas, me gusta tu poesía. Y eso es mucho decir, aunque no lo parezca.
"Y quién hubiera dicho que los perros podían hablar;
Ahí mismo te enteras que también ellos llegaron de la tercera roca."
Hasta ahí venía leyendo con un sincero pensamiento de "Beh, un montón de ideas sueltas sin sentido." Hasta ahí.
Entre todo el material que me pasó elegí dos poemas nada más. Una de las tres razones por las que puse "Juegan" es eso que citás.
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